miércoles, 9 de julio de 2014

HA ESTALLADO LA NOCHE ENTRE BESOS

Me despierto con tu nombre en la boca,
me arrastras con la fuerza del huracán alado,
allá donde las cumbres permanecen nevadas,
y al campo de amapolas y nardos.

Te busco en cada línea blanca de la almohada,
arruga violácea detrás de la esquina
del pliegue de labios verticales,
herida de la vida, y del deseo surco,
se abre la tierra dulcemente al paso del arado.

Noches de lunas derramadas,
 lucha de astros que tililan en un coro de grillos
y cigarras afónicas en la falta del aire que sofoca
los besos y come los gemidos, de tu sombra y mi yo,
de tu yo y mi sombra, los dos desmantelados