Tiempo, que se ha deshecho como azúcar
,languidez de unas horas derretidas,
estamos en sentidos opuestos,
un punto en común, breve, central, cósmico,
y cada uno en su atalaya alerta.
Buscamos peces diferentes,
los míos, pequeños,de colores,
ágiles y escurridizos,
pasan coleteando alegres ante mis ojos,
y mientras tú ya ni siquiera buscas,
te escondes en la cueva
segura, profunda y oscura.
Te has convertido en ciego pescador
y naúfrago,
y tu orilla de tierra no firme,
comienza a resquebrajarse,
estás como un buzo en el viento,
izando el pañuelo del adiós en la galerna.
Perverso, negro y triste tiempo,
nos comes como el mar a la tierra,
devoras con tu lengua las aristas,
y nos haces girar al ritmo
de las danzas rutinarias
que inundan al mundo.